martes, 7 de septiembre de 2010

El punto G y su estimulación ¿Quizas un mito?


En el tema del punto G nos movemos en arenas movedizas, porque no existe dentro de la comunidad científica un acuerdo claro acerca de su existencia. He de confesar que yo he seguido con bastante interés todas las noticias que he podido sobre el famoso punto desde hace muchos años y soy de la opinión que cuando hablamos de la anatomía de la zona genital humana y más concretamente de la femenina nos movemos en un terreno que no esta exento de prejuicios e intereses espurios que hacen que el debate que en el fondo es muy técnico se pierda entre las especulaciones. Para la entrada de este blog me gustaría que tuvierais en cuenta que el tema del punto G no esta ni con mucho cerrado y que lo que conocemos a nivel popular como clítoris no es sino una parte de un órgano interno mucho más grande en el que el denominado punto G forma parte en donde su red de terminaciones nerviosas que serán las responsables de que algunas mujeres experimenten orgasmos distintos de los más propiamente clitorianos, esta integrados de alguna forma. Por lo tanto no estoy del todo contento con lo que se expresa en la información de carácter más técnico que sigue a continuación y es muy posible que de momento hasta que no encuentre algo que me satisfaga más nos tengamos que contentar con hablar en forma demasiado vaga para mi gusto. Lo que si que esta bastante claro es que la vagina de cada mujer es diferente y pretender que todas las mujeres se busquen el punto G experimenten orgasmos vaginales estimulando esta área con preferencia a los orgasmos que se producen por la estimulación directa del clitoris es algo poco adecuado y realista. 
El punto de Gräfenberg, más conocido como punto G, llamado así en honor de su descubridor, el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, es una pequeña zona (su tamaño puede variar entre las mujeres y en muchos casos ser de difícil estimulación) del área genital de las mujeres localizada detrás del pubis y alrededor de la uretra. Es lo mismo que, o parte de, la uretra esponjosa, donde se encuentran las glándulas de Skene y puede provocar altos niveles de excitación sexual y fuertes orgasmos.
El punto G se encuentra dentro de la vagina y se localiza específicamente en el primer tercio y la parte anterior de esta. La forma más recomendable de estimular ese punto es mediante el tacto, es decir, introducir un dedo en la abertura vaginal y dirigirlo hacia la parte superior ; después hacia el tope del extremo derecho para comenzar a palpar la parte superior y llevar un dedo hacia el extremo contrario. las posibilidades de encontrar el punto "G" con este metodo son muy altas, porque se recorrerá cada parte de la vagina. La pareja sentirá un gran placer,(para lo cual como siempre en la sexualidad es indispensable una buena y sincera comunicación entre la pareja porque el sexo no es como tocar el piano) y es probable que consiga la eyaculación femenina.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las mujeres no son capaces de notarlo en su cuerpo, razón por la cual en occidente se pone en duda su presencia, y por este motivo se recomienda acariciar esta zona con mucha sutileza.
En otras culturas como por ejemplo el tantrismo se asegura que dicha energía recorre entonces cada célula de la piel y todas las sensaciones eróticas que se perciben son intensas y se hace una estimulación precisa. Lo que nosotros conocemos como punto G tiene un correlato en lo que en los Chakras tántricos y concretamente con el Muladhara Chakra. Teniendo en cuenta que los chakras parte de una experiencia real del sistema nervioso pueden servirnos como indicador que las sensaciones que se experimentan con su estimulación tiene alguna base neural que aún no conocemos del todo desde nuestra neurología. Personalmente y por mi experiencia considero que es un campo resbaladizo y hay que ir con cuidado en las afirmaciones que hacemos sobre lo dicho anteriormente.
Se dice que la estimulación del punto G (a través de la pared frontal de la vagina) propicia un orgasmo más vigoroso y satisfactorio, y es posiblemente la causa de la eyaculación femenina. Lo que esta claro es que no todas las mujeres son de esa opinión y afirmar que no lo experimentan por desconocimiento de su capacidad sexual no es de justicia porque la causa de que no lo experimenten puede ser sencillamente física ya que las terminaciones nerviosas implicadas no se encuentran en todos los casos tan cerca de las paredes de la vagina que sean susceptibles de estimulación directa mediante el tacto. Tal estimulación requiere un empuje en cierto modo opuesto al que se necesita para lograr la máxima excitación clitorial con el pene y quizás ese sea uno de los motivos por los que culturalmente acostumbrados como estamos a relacionar el sexo con la penetración del pene en la vagina nos cueste entender la forma en la que funciona el mecanismo neural del orgasmo femenino. Se puede decir que las parejas homosexuales femeninas se toman más interés y parecen conseguir más orgasmos por estimulación del punto G y las paredes de la vagina que las estrictamente heterosexuales, pero faltan estudios estadísticos concluyentes y rigurosos para demostrarlo fehacientemente.
Muchos libros sobre sexo aconsejan a las parejas incapaces de lograr el orgasmo femenino el considerar la estimulación del punto G como técnica sexual.
Un creciente número de expertos cree que la razón por la que la estimulación de esta área provoca un orgasmo «hacia fuera» e incluso la eyaculación femenina es que el punto G ha evolucionado a un "punto disparador" del parto. La cabeza del feto empuja este punto durante el parto, lo que parece disparar la última fase de empuje. Esto se traduce, durante la estimulación sexual normal, en una contracción más significativa de la vagina.
El punto G puede no ser solamente un punto discreto. De hecho, algunos científicos como Natalie Angier defienden que se trata del conjunto de profundos nervios del clítoris cuando pasan a través de los tejidos para conectar con la columna vertebral. El clítoris tiene profundas raíces y puede cambiar de tamaño y ligeramente de posición a medida que los niveles hormonales cambian en las diferentes etapas de la vida de una mujer. El tema del papel de las hormonas en el clítoris en su conjunto es uno de los campos de estudio más prometedores y difíciles de la fisiología sexual.
Un pene curvado hacia arriba tiene la habilidad natural de ejercer mayor presión sobre la pared frontal de la vagina y es por eso que varones que presentan esas características si mantienen relaciones con mujeres en las que las terminaciones arriba comentadas son de fácil estimulación pueden experimentar con ellos sensaciones orgásmicas distintas a otro tipo de varones que no presentan esa característica. Si un pene no se curva hacia arriba, entonces pueden ser necesarias diferentes posiciones sexuales. Por ejemplo, un hombre cuyo pene se curve hacia abajo puede hallar que la penetración posterior es más adecuada para estimular el punto G, dado que la curva presionará la pared frontal.
La estimulación del punto G mediante el uso de un dedo o la lengua es posible gracias a la presión combinada de empujar el clítoris hacia abajo mientras se arquea la lengua o el dedo hacia arriba en un movimiento de llamada. El dedo o la lengua debe estar entre 2,5 y 7,5 cm dentro de la vagina para que dé resultado. Sin embargo, cada mujer puede necesitar una forma diferente de estimulación y esto es quizá lo más importante del tema porque se ha de recalcar lo que hemos afirmado tantas veces sobre el tema de la comunicación y el ambiente de confianza entre amantes.
Se piensa que la estimulación del punto G es más intensa en las mujeres mayores de treinta años, porque los cambios en la estructura de los tejidos del interior de la vagina permiten un acceso más fácil a dicho punto. Algunas mujeres creen por esta razón que en la treintena alcanza su cúspide sexual.



Glándulas de Skene o glándulas preuretrales que están relacionadas con el punto G tomadas de una enciclopedia muy especializada de anatomía. Como se puede ver no es algo tan sencillo como un "punto" como el del mando a distancia que lo tocas y produces en la mujer un orgasmo fantástico.

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