martes, 22 de mayo de 2012

Iconografía sexual en el Antiguo Egipto


Aunque parezca lo contrario, la sexualidad en el Antiguo Egipto no era liberal ni mucho menos. Se mostraban permisivos en este caso, pero la homosexualidad era condenada a menos que se realizara en el Palacio Real y la iconografía nos muestra el amor como forma de vida, pese a que muchos autores de la antigüedad le dedicaran cantos y poemas al erotismo cuasi “libre”. Estos son los rasgos característicos de la sexualidad en el Antiguo Egipto y si bien debemos ampliar mucho más esta información, podemos tener así un acercamiento a una de las culturas más fascinantes de toda la Historia en un aspecto de su vida cotidiana.

Cómics eróticos


Se llama historieta o cómic a una «serie de dibujos que constituyen un relato», «con texto o sin él», así como al medio de comunicación en su conjunto. Partiendo de la concepción de Will Eisner de esta narrativa gráfica como un arte secuencial, Scott McCloud llega a la siguiente definición: «Ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información u obtener una respuesta estética del lector». Sin embargo, no todos los teóricos están de acuerdo con esta definición, la más popular en la actualidad, dado que permite la inclusión de la fotonovela y, en cambio, ignora el denominado humor gráfico.

viernes, 18 de mayo de 2012

Vida sexual en el Antiguo Egipto


A diferencia de otras civilizaciones antiguas, los egipcios no solían representar sus costumbres o prácticas amorosas en sus manifestaciones artísticas. Así, no encontraremos en Egipto nada parecido a los explícitos relieves hindúes, ni a las desinhibidas orgías griegas o romanas. Esto no significa en modo alguno que fueran un pueblo que no demostrara interés por estos aspectos, ya que, como en toda cultura antigua, se daba importancia extrema al hecho de la procreación, debido al alto índice de mortalidad infantil. Se calcula que una mujer en Egipto tenía una media de 5-7 hijos durante su periodo fértil, muchos de los cuales no sobrevivían los dos años. También hay que tener en cuenta que desde el punto de vista arquológico del Antiguo Egipto se ha conservado muy bien la parta de las necrópolis en vez de la parta en donde se desarrollaba la vida diaria por la especial configuración de este país formado por la zona fértil del río Nilo y el desierto, por lo tanto en parte la percepción que tenemos de los antiguos egipcios esta centrada en el tema funerario y tendemos a no tener en cuenta lo intensa que era su vida. Pero vamos a ver este tema por jerarquías, empezando por lo más alto, es decir, los dioses.

miércoles, 9 de mayo de 2012

El graffiti erotico de Hatshepsut


Hatshepsut, reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Quinta gobernante de dicha dinastía, reinó entre. 1479 a. C. a 1457 a. C. Gobernó con el nombre de Maatkara Hatshepsut, y llegó a ser la mujer que más tiempo estuvo en el trono de las "Dos Tierras". El nombre de Hatshepsut con el que se la reconoce hoy en día en principio era un título con el significado de "La primera de las nobles damas", que también se presentaba en su forma completa de Hatshepsut Jenemetamón, esto es, "La primera de las nobles damas, unida a Amón". Es sobre todo conocida por su expedición al país de Punt y la construcción del Templo de Dair El Bahari. En una gruta cerca de este templo se ha encontrado un curioso gráfitti erótico de la época.

miércoles, 2 de mayo de 2012

La clave de la belleza universal

"Retrato de una Dama" de
Antonio Pollaioulo  (1432-1498)
El debate sobre qué identificamos como bello puede ser interminable. Por un lado, hay ciertos rasgos estéticos, especialmente en el arte, que consideramos universalmente bellos, pero también es bien sabido que la hermosura está en los ojos de quien mira. El dicho popular tiene razón... pero solo en parte. Una nueva investigación científica ha descubierto quela misma área del cerebro se activa en todos y cada uno de nosotros cuando nos conmueve la belleza, -por ejemplo, cuando admiramos un cuadro-, pero esta zona cerebral está al mismo tiempo relacionada con nuestro intereses personales, lo que puede explicar que las imágenes que nos motivan varíen según los individuos. La investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Nueva York, aparece publicada en la revista Frontiers in Human Neuroscience y se puede descargar aquí.
Los investigadores presentaron ante un grupo de voluntarios, con diferentes edades y entre los que se incluían inexpertos en arte a personas con estudios de historia del arte, 109 imágenes de obras procedentes de una variedad de tradiciones culturales (americana, europea, india y japonesa) y de varios periodos históricos (desde el siglo XV hasta el pasado reciente). Las imágenes eran figurativas y abstractas, e incluían varias clasificaciones (por ejemplo, la figura femenina, masculina, un grupo mixto, naturalezas muertas, paisajes u obras abstractas). Con el fin de reducir al mínimo el reconocimiento, lo que podría dar respuestas sobre la base de la notoriedad del cuadro, no se utilizaron obras muy conocidas. De hecho, la mayoría no reconoció ninguna imagen.
Los sujetos evaluaron cada obra de arte en una escala de 1 (más bajo) a 4 (más alta) según les producía alguna emoción. Durante este período, los investigadores midieron la actividad neurológica de los sujetos utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). Después, los sujetos del estudio completaron un cuestionario de nueve puntos en el que calificaban cada obra según les había proporcionado alegría, placer, tristeza, confusión, temor, miedo, asco, belleza o lo sublime. Las valoraciones subjetivas mostraron un acuerdo muy bajo entre los voluntarios. Cada uno tenía sus propias impresiones.

Obras que conmueven

Sin embargo, las lecturas de la actividad del cerebro mostraron que las mismas regiones sensoriales del cerebro (occipito-temporal) respondieron sin importar la «nota» que los sujetos habían dado a la pintura. Pero en las obras que recibieron un 4 -lo que indica que la pieza realmente impresionó al individuo- la resonancia magnética demostró un proceso neurológico adicional. Mientras que los sujetos variaron en qué pinturas merecían la mayor nota, todas las obras mejor calificadas provocaron en el sujeto un aumento significativo de la actividad en una red específica de las regiones frontales y subcorticales, regiones que se activan «cuando pensamos en asuntos de interés personal, como nuestros rasgos de personalidad o ensueños, o cuando contemplamos nuestro futuro», explican los investigadores. Para ellos, esto puede explicar por qué cada uno de nosotros siente la belleza de forma diferente.