viernes, 6 de marzo de 2015

Mamá, ¿tú ves porno?


Jamie Dornan y Dakota Johnson, en un fotograma de 'Cincuenta sombras de Grey'.

Al ver el título del presente libro, tal vez algún lector despistado se precipitará a pensar, recordando a Woody Allen —que sentenciaba aquello de que “lo mejor de la masturbación son los cariñitos de después”—, que estamos ante una monografía sobre el onanismo. Pero en cuanto repare en el subtítulo caerá en la cuenta de su error, al tiempo que dispondrá de una pista interesante para inscribir este Erotismo de autoayuda en el conjunto de la obra de Eva Illouz. 

En efecto, en el texto en cierto modo se persevera en un enfoque metodológico que la autora ya había utilizado en su anterior Por qué duele el amor, publicado por los mismos sellos editoriales en 2012. La diferencia radica en que en este último se servía para apoyar su argumentación de la referencia a grandes obras de la literatura universal (Madame Bovary, Ana Karenina, las novelas de Jane Austen…, recurso que complementaba con un ingente material, que en cierto modo podría quedar subsumido bajo el rótulo de cultura popular de hoy: revistas femeninas, sitios de Internet, entrevistas en diversos medios y… libros de autoayuda. En Erotismo de autoayuda, en cambio, a Eva Illouz le basta con el análisis de Cincuenta sombras de Grey, el best seller mundial que la británica Erika Leonard firmó con el seudónimo de E. L. James. 

¿Por qué no necesita más? Porque los best sellers, según las propias palabras de la socióloga marroquí, “se definen por su capacidad de captar valores y actitudes que, o bien ya son dominantes y están ampliamente institucionalizados, o están suficientemente difundidos para que un medio cultural pueda presentarlos como corrientes”, y Cincuenta sombras cumple a la perfección ese papel. En ella, es verdad, se ponen en escena los estereotipos y contradicciones del nuevo orden romántico o, si se prefiere enunciar esto mismo de una manera un tanto enfática, quedan codificados los grandes interrogantes de nuestra época al respecto. Son tales rasgos los que le llevan a concluir a Eva Illouz que, en realidad, el relato de E. L. James, más allá de lo que pueda tener de representativo de la forma actual de entender las relaciones amorosas, funciona como un libro de autoayuda, esto es, prescribe criterios, actitudes y valores que se supone que resultan de utilidad para la vida —en este caso amorosa— de las personas. Probablemente sea sobre todo en este último aspecto donde resida la clave del éxito comercial de la novela. 

Porque la propuesta última de Cincuenta sombras contiene algo de equívoco, equivocidad que probablemente constituya la razón última de que haya podido ser aceptada incluso por sectores ideológicos enfrentados. Así, no han faltado intérpretes que han creído percibir la presencia del código feminista en una novela en la que el protagonista masculino accede por completo a los deseos de la protagonista femenina, que es quien de hecho mantiene en todo momento el control sobre las reglas, constituyendo solo una mera simulación el papel de amo y esclava que representan. 

Pero, al lado de esto, no es menos cierto, como señala Eva Illouz, que la relación BDSM funciona en la novela como una ficticia resolución de las tensiones inherentes a la heterosexualidad moderna. Frente a las enormes incertidumbres que genera el carácter libre y contractual de las relaciones modernas, frente a las dificultades para establecer reglas con las que negociar el compromiso, el amor y el deseo, propias del mundo actual, la salida que aquí se nos ofrece es la de unas relaciones en las que la mujer es sexualmente libre, pero no tanto (en apariencia acepta el dominio del varón), en las que disfruta pero no tanto (su deseo se adapta a la forma del deseo de su pareja), en las que se compromete pero no tanto (en realidad, en el altar del sexo únicamente ofrenda una completa pasividad), etcétera. Aunque, eso sí, finalmente consigue que esa peculiar relación desemboque en la materialización —innombrable en nuestra sociedad, según Houellebecq— del amor total. 

Se trata de una propuesta que, si no nos distraemos con el llamativo envoltorio sexual, lejos de impugnar en sentido propio las estructuras básicas del orden amoroso existente, podríamos incluso llegar a pensar que las refuerza, maquillando su venerable antigüedad con un ligero toque de transgresión flou (que a algunos les recordará, apenas con un punto más de intensidad en el color, el de la película Nueve semanas y media). Nada tiene de extraño, a la vista de todo ello, el calificativo de “pornografía para mamás” que ha merecido este libro

En definitiva, lo peor de Cincuenta sombras de Grey es que acaba haciendo bueno aquel viejo chiste sexista que se preguntaba por la razón por la que las mujeres ven hasta el último fotograma de las películas porno, y se respondía, con una gracieta que sin duda haría cabecear afirmativamente a Eva Illouz, que es porque quieren saber si al final la chica se casa con el protagonista. En la novela de E. L. James, por cierto, terminan haciéndolo. 


Erotismo de autoayuda. Cincuenta sombras de Grey y el nuevo desorden romántico. Eva Illouz. Katz/Clave Intelectual. Buenos Aires/Madrid, 2014. 124 páginas. 12 euros.


Publicado en: Cultura El País.

jueves, 5 de febrero de 2015

El orgasmo: Diferencias de genero






Una sorprendente diferencia de género que apareció en los estudios de kinsey corresponde a la masturbación. En su muestra, el 92% de los varones se había masturbado hasta conseguir el orgasmo, al menos, una vez en la vida, en comparación con el 58% de las mujeres. No sólo eran menos las mujeres que se masturbaban, sino que empezaron esta práctica a una edad más tardía que los hombres. Casi todos los varones dijeron haberse masturbado antes de los 20 años (la mayoría comenzó entre los 13 y los 15 años), pero un número importante de mujeres dijo haberlo realizado por primera vez a los 25, 30 ó 35 años.


Erotismo en la II Guerra Mundial






Una pin-up es una fotografía u otro tipo de ilustración de una persona (hombre o mujer) en actitud sugerente o realizando una sonrisa, saludando o mirando a la cámara fotográfica, que suele figurar en las portadas de revistas, cómic-books o calendarios, etc. 

A los modelos que posan para estas obras se las denomina pin-up. Actualmente las pin-up se encuentran entre los modelos "prêt-à-porter", actrices de cine, o cantantes, siendo poco frecuente que un pin-up se dedique exclusivamente a eso. 

El término inglés cheesecake (en español "pastel de queso") es un sinónimo de pin-up. El uso más antiguo del término cheesecake data del año 1934, pero su popularización se dio unos 20 años después, con la frase (refiriéndose a una mujer guapa) better than a cheesecake (mejor que un pastel de queso). Su equivalente masculino son los beefcake (pastel de carne).

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Atraccion fisica: Ratio cadera-cintura






¿Qué tienen en común la modelo Naomi Campbell, la actriz Jennifer Lopez y la muñeca Barbie? Una cintura estrecha, pechos firmes y rasgos simétricos. Según el científico Devendra Singh, de la Universidad de Texas, Estados Unidos, la atracción que despierta una mujer se puede medir mediante una fórmula sencilla, de cuya aplicación surge una cifra a la que Singh llama “coeficiente de atracción física”. Para obtener los datos iniciales basta con un centímetro, ya que sólo se trata de tomar el perímetro de la cintura y dividirlo por el tamaño de la cadera. "El coeficiente 0,8, que resulta de dividir una cintura de 80 centímetros por una cadera de 100, es señal de buena salud", afirma Singh. Pero agrega: "El ideal es 0,7; es decir, una cintura de 70 centímetros y una cadera de 90”.

Historia de la disfuncion erectil






La disfunción eréctil (con frecuencia aún llamada en español incorrectamente impotencia, que técnicamente ya no es el término aceptado por los especialistas en sexología) es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria. En los hombres mayores, la DE generalmente tiene una causa física, como una enfermedad, una lesión o efectos secundarios de medicamentos. Cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede causar DE. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5 por ciento de los hombres de 40 años de edad y entre el 15 y el 25 por ciento de los hombres de 65 años de edad experimentan DE. Pero la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable del proceso de envejecimiento.

jueves, 2 de octubre de 2014

Onanismo: Circuncisión y cereales (Dr. Kellogg)




El Dr. Kellogg fue un entusiasta activista contra la masturbación, llegando a recomendar métodos bastante extremos. En su obra Tratamiento contra el auto-abuso y sus efectos escribió: "El remedio contra la masturbación que resulta casi infalible en niños pequeños es la circuncisión. La operación debe ser llevada a cabo por un cirujano sin administrar anestesia alguna, pues el breve instante de dolor durante la operación tendrá un efecto saludable en la mente del individuo, tanto más si se asocia con la idea de castigo. En las mujeres, el autor ha descubierto que la aplicación de fenol puro en el clítoris supone un método excelente de calmar una excitación anormal". Convencido de que el onanismo se trataba de un pecado sensual de la carne, una forma de auto-abuso y un hábito obsesivo común en adolescentes varones y otras personas, Kellogg abogaba firmemente por dejar al descubierto el glande, muy sensible y sujeto a roces durante la masturbación.

Orgasmo: Neuroquimica del placer




Si bien existen pocos experimentos dirigidos a establecer las bases neuroquímicas del orgasmo, numerosos datos derivados del uso de fármacos (medicina, drogas, etc.) nos revela la participación del sistema dopaminérgico como disparador y serotonérgico como inhibidor de la respuesta del orgasmo. Estos datos derivados de la farmacología coinciden con los obtenidos por técnicas de de neuroimagen que muestran la activación de las neuronas dopaminérgicas del núcleo tegmental ventral y de sus terminales en el núcleo accumbens durante el orgasmo de mujeres y hombres.