viernes, 27 de julio de 2012

¿Por qué se ve a las mujeres como objetos sexuales?


El cerebro humano procesa de distinta forma las imágenes de hombres y mujeres: 
a ellos se les ve como un todo, a ellas se les percibe "por partes", 
revela una investigación en Estados Unidos. 

Se percibe a los hombres como un todo
y a las mujeres por partes.
Esta tendencia a procesar las imágenes femeninas por partes, dice el estudio publicado en European Journal of Social Psychology (Revista Europea de Psicología Social), explica la inclinación a ver a las mujeres como objetos sexuales. Y lo más sorprendente, afirman los científicos, es que no es sólo el cerebro de los hombres el que percibe de esta forma. También el de las mujeres se comporta así. 
Los investigadores de la Universidad de Nebraska-Lincoln creen que los hombres lo hacen porque están buscando parejas potenciales. Y para las mujeres es una forma de compararse a sí mismas con "la competencia". 
"Continuamente escuchamos que las mujeres son reducidas a sus partes corporales sexuales. Escuchamos sobre estos ejemplos en los medios de comunicación todo el tiempo", explica la profesora Sarah Gervais, la psicóloga que dirigió el estudio. "Ahora podemos decir que no sólo los hombres lo hacen. Las mujeres también perciben a las mujeres de esta forma", agrega. 

Procesamiento local 

Se sabe que para procesar la información visual el cerebro utiliza distintas herramientas: puede percibir el objeto en su totalidad, el llamado procesamiento global, o como una colección de distintas partes, el procesamiento local. 
El procesamiento global es utilizado principalmente cuando se trata de reconocer a personas. Para ello el cerebro no se enfoca sólo en la forma de la nariz, por ejemplo, sino procesa el lugar donde la nariz se encuentra en relación con los ojos y la boca, es decir la cara como un todo. El procesamiento local, por otra parte, se utiliza principalmente para reconocer objetos. Cuando el cerebro percibe una casa, por ejemplo, procesa sus partes: su puerta, sus ventanas, etc. 
Tal como explican los investigadores, nuestro cerebro puede reconocer una casa mirando únicamente su puerta. Pero es poco probable que pueda reconocer a una persona mirando sólo un brazo o una pierna. 
Para investigar si nuestro cerebro utiliza estos mismos procesos cognitivos en el reconocimiento de hombres y mujeres, la doctora Gervais y su equipo llevaron a cabo una serie de experimentos.
Los participantes, más de 220 hombres y mujeres, debían mirar una fotografía -no sexual- del cuerpo completo de un joven varón o mujer vestidos. Después de una breve pausa se les mostraban dos nuevas fotografías juntas en la pantalla: una era una parte de la fotografía mostrada anteriormente, la otra también era una parte de la fotografía original pero con una leve modificación en un área corporal sexual, como los senos o la cintura. 
Los participantes debían indicar rápidamente cuál de estas dos imágenes era la que habían visto previamente. 
Los resultados mostraron que cuando se presentaban las fotografías de los hombres, los participantes utilizaban el procesamiento global, porque reconocían al individuo en la imagen que los presentaba como un todo, es decir, con el procesamiento global. Pero cuando miraban las imágenes de mujeres, los participantes utilizan el procesamiento local porque reconocían a la mujer por sus partes individuales, es decir estaban poniendo más atención en las partes individuales del cuerpo. 
Las imágenes mostradas, además, eran de individuos comunes y corrientes, lo cual revela que esta tendencia a "cosificar" a las mujeres ocurre con todas ellas, no sólo con quienes son "llamativas". "Esto no es algo que sólo afecta a las supermodelos o a las estrellas porno" explica la doctora Gervais. 
"El procesamiento local es la base de la forma como percibimos los objetos: las casas, los autos, etc.". "Esto no es algo que sólo afecta a las supermodelos o a las estrellas porno" explica la doctora Gervais. "Pero con las personas no deberíamos hacer esto. No deberíamos descomponer a la gente en sus partes. Pero cuando se trata de las mujeres lo hacemos, lo cual es realmente sorprendente". "Las mujeres son percibidas de la misma forma como vemos a los objetos", señala la investigadora. 
Lo que sorprendió a los investigadores fue que independientemente del género, todos los participantes, hombres y mujeres, percibían a los hombres "globalmente" y a las mujeres "localmente". "Esto puede tener distintos motivos. Los hombres lo hacen porque están buscando parejas potenciales, mientras que las mujeres lo hacen para compararse a sí mismas con las demás", dice la doctora Gervais. Los investigadores esperan ahora llevar a cabo más estudios para encontrar formas de cambiar estos hábitos. "Basados en estos hallazgos -dice Sarah Gervais- hay varias avenidas que podemos explorar".

jueves, 19 de julio de 2012

Vuelve la doble moral: los jóvenes se casan con chicas "bien" pero ligan con las promiscuas

UN ESTUDIO DEMUESTRA QUE LA INFIDELIDAD LES DUELE MÁS A LAS MUJERES 

Articulo publicado en El Confidencial

Al contrario de lo que podría esperarse, la juventud mantiene los estereotipos sexuales de tiempos pasados y los perpetúa con sus actitudes. Pero, a la vez, muchos jóvenes, en especial las chicas, mantienen actitudes sexuales mucho más abiertas y activas que hace años, lo cual provoca choques inevitables entre unas y otras ‘filosofías’ de cama. Estamos asistiendo a una batalla de mentalidades. 
Por una parte, los jóvenes se están volviendo más conservadores, asegura Jesús M. Canto Ortiz, profesor de Psicología de la Universidad de Málaga, en parte gracias a un movimiento pendular. “La gente de cierta edad se creyó lo de la revolución sexual y decía que el sexo podía realizarse sin amor, que no se podía censurar a una persona por haber estado con otra, que los celos eran simple egoísmo. Ante el fracaso de esas ideas, nos hemos ido al otro extremo, como si dijéramos que ya que eso no vale, nos vamos a la postura opuesta”. 
Eso lleva a situaciones paradójicas, ya que al chico no le importa relacionarse con mujeres que tengan relaciones sexuales con frecuencia, pero cuando se trata de establecer una relación de pareja, sí le importa, y mucho su pasado sexual. “La vieja doble moral está ahí, esa que decía voy con putas pero me caso con la virgen, está cobrando nuevas expresiones”. 
Además, este viraje hacia el conservadurismo viene apoyado, asegura Canto Ortiz, en estudios genéticos y neuropsicológicos que exageran las diferencias “cuando dicen que la mujer es más emocional y el hombre menos, se suele entender que el hombre no lo es en absoluto y que la mujer lo es siempre, lo que dista mucho de ser cierto. Eso de el hombre es de Marte y la mujer de Venus es una simplificación”. 
Canto ha publicado, junto con Pilar Moreno, Jesús San Martín, Fabiola Perles, Gianluigi Moscato y Rosa María Reyes, el artículo Celos y sexismo: un estudio intercultural y que indaga en las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de enfrentarse a la infidelidad. 
El estudio se realizó con dos grupos de personas: uno español (compuesto por 200 mujeres y 117 hombres) y uno cubano (102 mujeres y 98 hombres), que desvelaron algunas diferencias en cuanto a la percepción del dolor en los dos tipos de infidelidades, la emocional y la sexual. 
En la muestra española, tanto hombres como mujeres escogieron la emocional como la peor infidelidad, la más estresante, mientras que los cubanos no se ponían de acuerdo. Para los hombres, la peor infidelidad fue la sexual (en un 64% de los casos), mientras que en el caso de las mujeres, un 50% consideraba también la peor la sexual, y el otro 50% pensaba que era peor la emocional. 
Lo que sí quedó más claro fue el hecho de que cualquier tipo de infidelidad le provoca más dolor, en general, a las mujeres que a los hombres. Además, el estudio confirma que las mujeres tienden a manifestar las emociones con más intensidad que los hombres y que las personas más celosas son las que más afectadas se ven por la infidelidad sexual. 
“No hablamos de los celos en el estudio desde una perspectiva patológica. No estamos intentando encontrarles una explicación psicológica, sino que los vemos como algo común. En ese sentido, hemos tratado de analizar qué diferencia a los hombres y a las mujeres, No podemos decir que las diferencias sean debidas íntegramente a la cultura ni tampoco que sea algo puramente instintivo. Desde luego, este es un factor, pero también afectan variables culturales como el sexismo o la cultura del honor”, añade Canto.

miércoles, 18 de julio de 2012

Los californianos aprenden de sexólogos valencianos

Un grupo de americanos del Máster de Migraciones estudia el impacto de un programa de salud sexual en población inmigrante de Valencia. 

Publicado en Levante emv 

Un grupo de quince estudiantes de la Universidad del Sur de California que realizan el Master Internacional en Migraciones de la Universitat de València visitaron ayer el centro de salud Fuente de San Luis para conocer los resultados del programa Mihsalud, un intervención de salud pública que comenzó hace cinco años en la ciudad de Valencia para promover buenos hábitos de salud sexual y reproductiva en poblaciones vulnerables de inmigrantes y colectivos desfavorecidos. 
En la iniciativa participan ocho centros de salud de los departamentos Valencia-Doctor Peset y Clínico-Malva-rosa junto con la Asociación para la Cooperación con Ecuador (Acoec). 
El psico-sexólogo Felipe Hurtado del centro de salud Fuente de San Luis informó a los visitantes que el 45 % de las personas que acudían al servicio de orientación sexual era de origen inmigrante, la mayor parte (35 %) latinoamericano. 
De los 829 demandantes de ayuda solo un 11,7 % tenía estudios universitarios, el 31 % se dedicaba a la limpieza o a cuidar personas y un 4 % ejercía la prostitución. El primer motivo de consulta era la demanda anticonceptiva, seguida de la solicitud de aborto y sobre sexualidad. 
Hurtado destacó que la tasa de gestación de las mujeres inmigrantes superaba claramente a la de las españolas y que la edad de las relaciones sexuales era similar (18 años) en ambos grupos de población, así como las infecciones de trasmisión sexual (5 %). El programa ha movilizado a más de 3.500 personas en cinco años en temas de salud infantil y prevención de la violencia de género, que es una de las áreas que más interés suscita entre los participantes para intentar atajar cualquier incidentes que se produzca.

lunes, 16 de julio de 2012

Orgasmos múltiples femeninos


Es como si después de llegar a la cima se volviera a la fase inicial, renovando los estímulos y provocando que el orgasmo se repita una vez tras otra. Llegando al orgasmo múltiple. La masturbación es la mejor manera para cualquier persona, sea hombre o mujer, de aprender todo acerca de sus cuerpos y acerca de lo que ellos aprecian sexualmente. Así, cuando se masturbe, debería estimularse hasta estar al borde del orgasmo, para luego hacer una pausa, frenarse, esperar y continuar en un grado menor. Se debe repetir el proceso entero hasta que ya no se sea capaz de rechazar otra interrupción, y entonces se podrá alcanzar el punto culminante. La solución tántrica es de una gran sencillez: prolongar la franja última, la más intensa y la más interesante, y para eso, inhibir el espasmo.

lunes, 9 de julio de 2012

¿Por que amamos y engañamos?: Helen Fisher (v.o.s.)


La antropóloga Helen Fisher aborda el delicado tema del amor explicando su evolución, sus fundamentos bioquímicos y su importancia social. Concluye su charla con una advertencia sobre el desastroso potencial inherente en el abuso de antidepresivos.

Fobias sexuales estrictamente masculinas

En materia de fobias sexuales todo parece indicar que los hombres le llevan la delantera al género femenino (si bien debe puntualizarse que estas fobias no son exclusivas del género masculino aunque su manifestación en las mujeres es muy extraña). 
Iniciando la lista de las fobias sexuales eminentemente masculinas puede hablarse del miedo a las vírgenes o a las chicas jóvenes, este temor intenso se denomina: partenofobia. Por supuesto, estas personas son perfectamente conscientes de que su miedo es irracional pero cuando lo intentan enfrentar suelen desatarse ataques de pánico. Este miedo les hace recluirse en sus casas ya que temen salir al exterior y encontrase con chicas vírgenes (o en que en su imaginación son vírgenes). Por supuesto, en la misma medida en que la persona envejece esta fobia puede recrudecerse y afectar aún más sus relaciones interpersonales ya que aumenta el rango de edad considerada como "joven". 
En estrecha relación con esta fobia puede hallarse la caliginefobia o el miedo a las mujeres hermosas. Como pueden presuponer sus efectos son sumamente incómodos para quien las padece ya que en muchas ocasiones les resulta prácticamente imposible estar en el trabajo o en cualquier otro lugar público donde estén mujeres bellas. Generalmente esta fobia está causada por una mala experiencia en el pasado relacionada con una mujer hermosa, de forma que la persona estableció una conexión errónea entre las mujeres bellas y la existencia de un peligro. 
En sintonía con estas fobias pero con un perfil mucho más amplio y por lo tanto, más restrictiva aún de la independencia de la persona, se encuentra la ginefobia; el miedo a las mujeres en sentido general. Normalmente se relaciona con una experiencia traumática sufrida en edades tempranas en la que intervino alguna mujer. 
Otras personas presentan un miedo más específico: a los genitales femeninos, ésta sería la eurotofobia o colpofobia. En las personas que desarrollan este trastorno suele ser común la existencia de otras fobias relacionadas con el sexo como la erotofobia, la coitofobia o la nudofobia. Realmente la colpofobia es un desorden bastante raro cuyas causas aún no han sido especificadas si bien algunos especialistas hipotetizan que quienes la sufren han sido víctimas de la exposición vulgar de los genitales femeninos, ya sea en un filme o porque han sido víctimas de acoso sexual en edades tempranas. 
También existen personas que temen a las prostitutas o a contraer enfermedades de transmisión sexual, es la cipridofobia. Usualmente la sufren aquellas personas que han tenido una educación puritana y muy restrictiva. Si bien también puede evidenciarse en personas que son muy sugestionables, una vez que conocen con exactitud las posibilidades reales de contraer una enfermedad. 
Para ponerle punto final al recorrido por las fobias de contenido sexual eminentemente masculinas no puede faltar la falofobia o el miedo a tener una erección; y creo que ésta no necesita más explicación. 

Escrito por Jennifer para Rincón de la Psicología

Afrodisiacos: Deseo de deseo


El origen de los afrodisíacos se remonta mucho antes que la antigua Grecia y no hay cultura antigua o moderna que no cuente con diversas plantas estimulantes. El término afrodisíaco proviene de Afrodita, diosa griega del Amor, que surgió desnuda de la espuma del mar de Cythera en el siglo VI, a. de C.; Homero la señala en su himno como responsable de poner el deseo en las fieras, los hombres y los dioses, hasta hacer extraviar la razón de Zeus. La primera mención de los afrodisíacos procede de unos papiros egipcios de los años 2200 y 1700 a de C. Tambien en la Biblia (Antiguo Testamento - Génesis 30: 14 y 15), en los libros de amor de La India (Kama Sutra y Ananga Ranga), en la Antigua Grecia y en las recetas de los árabes, se mencionan estas "sustancias milagrosas". Los primeros afrodisíacos eran plantas y alimentos, cuya forma se parecía mucho en su estado natural a los órganos sexuales masculinos o femeninos o compartían el mismo perfume que las secreciones sexuales.

viernes, 6 de julio de 2012

Brujas: La alquimia del deseo

Matrimonio tabu: Infidelidad homosexual


Puede que no haya una escena más impactante en la vida de una pareja que descubrir que uno de los cónyuges tiene una relación con otra persona. El dolor es aún mayor cuando se trata de una infidelidad gay. Aunque cada vez es menos frecuente, el que una esposa se entere de que su marido le es infiel con otro hombre sí sucede en la vida real: "Hubo un período, a principios y mediados de los 80, en que estas situaciones fueron comunes. Tiene que ver con la aparición del Sida: las mujeres empezaron a infectarse con el VIH y así se enteraban de que sus maridos tenían relaciones con otros hombres". En EEUU., según una encuesta del The New York Times, se estima que 1,7 millón a 3,4 millones de mujeres están o estuvieron casadas con un hombre gay. En esa nación, uno de los casos más conocidos fue el del ex gobernador de Nueva Jersey, James McGreevy, quien tras darlo a conocer se separó de su segunda esposa.