Los afrodisíacos naturales han existido desde mucho antes de la antigua Grecia. Desde siempre, todas las culturas desde la antigüedad hasta los tiempos modernos, han contado con diferentes tipos de alimentos y plantas estimulantes como afrodisíaco natural. Antiguamente, cuando los griegos y los romanos querían experimentar sensaciones más intensas en su vida sexual, bebían un poco de un líquido que se llamaba Satirión. Éste líquido se sacaba de una especie de orquídea que tenía bulbos en forma de testículos. En la medicina tradicional china se usaban afrodisíacos naturales a base de hierbas. Uno de estos afrodisíacos eran el ginseng, que se decía tenía el poder de potenciar la longevidad y el vigor sexual. Los árabes encontraban los afrodisíacos naturales en los perfumes y fragancias. Los sajones usaban plantas que tenían una apariencia fálica, como las zanahorias y los espárragos. Hoy en día también se consideran afrodisíacos las bebidas alcohólicas.
Espacio creado con la finalidad de difundir contenidos, materiales, debates y experiencias de todo tipo sobre Sexología para alumnos y graduados de la Facultad de Psicología de la UNED. Es un espacio abierto para la reflexión y el dialogo con vistas a un futuro desempeño profesional como sexólogos y terapeutas sexuales. Sus contenidos hace que el acceso este reservado a mayores de 18 años y se espera que se haga de ellos un uso responsable con una finalidad formativa y profesional.
lunes, 25 de junio de 2012
miércoles, 20 de junio de 2012
Pudor sexual: Lo Prohibido
Hay varias maneras de enfocar el pudor:
a) Una clásica, que lo presenta no tanto como una virtud sino como un sentimiento, vinculado a cierto tipo de manifestaciones. Es un sentimiento que se confunde con el de la vergüenza. Cuando falta se habla de desvergüenza.
b) Otro modo de afrontar el pudor es el de los filósofos llamados personalistas. Sostienen que es característico de la persona ser pudorosa. El pudor es como la salvaguarda de la intimidad, la prueba de que la persona tiene intimidad y no una existencia meramente pública. El pudor acompaña siempre a la persona y su desaparición comporta una disminución de la personalidad.
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