jueves, 16 de septiembre de 2010

Asexualidad ¿trastorno o condición humana?


La asexualidad es un término general aplicado a las personas cuyo interés por el sexo es mínimo. Existen diversas teorías en torno a las causas de ésta. Por un lado, hay quienes consideran la asexualidad como una orientación. Otros argumentan que se trata de un trastorno sexual −o de un trastorno por aversión al sexo−.
Hay quienes sugieren que es la consecuencia de experiencias traumáticas −como puede ser el abuso sexual−. También se dice que la asexualidad puede ser el resultado de la represión sexual −homosexual, heterosexual, bisexual...−. O que se debe a cuestiones hormonales, a un desarrollo tardío... La sublimación es otra posible causa.
En la escala de Kinsey sobre la orientación del deseo sexual que fue desarrollada en el primer estudio científico estadístico serio sobre la sexualidad real de la gente ya aparecía un porcentaje significativo de individuos asexuales por lo que fueron catalogados en un ítem fuera de la escala. Un sencillo estudio realizado por el Kinsey Institute, concluyó que “los asexuales parecen caracterizarse por su poca excitación y un bajo deseo sexual −más que por unos escasos niveles de conducta sexual o por un alto grado de inhibición−, por lo que no puede concluirse de que la asexualidad esta únicamente provocada por una inhibición del deseo sexual. Los investigadores encontraron cuatro definiciones distintas en la bibliografía revisada. Explicaron que no quedaba claro si las personas que se identificaban como asexuales lo asumían como una orientación.
Algunas personas asexuales aseguran que su asexualidad no les preocupa y que no debería ser contemplada como un trastorno. Asimismo, algunas personas asexuales pueden experimentar sentimientos románticos. Y esto hoy en día puede suponer un importante problema. La mayoría de la gente da por sentada la actividad sexual en la pareja. Algunas personas asexuales toleran el sexo y pueden establecer relaciones de pareja duraderas −aunque posiblemente conflictivas−. A menudo la pareja se siente frustrada por el bajo deseo sexual mostrado y por la escasa actividad sexual.
La asexualidad no es equivalente al celibato. Un célibe decide abstenerse de la actividad sexual y la mayoría de los célibes no son asexuales. Por otra parte, muchos asexuales pueden tener sexo.

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