Dice la leyenda que la esposa del dios ario Indra prefería esta posición. La mujer tendida de espaldas abre sus dobladas rodillas tan ampliamente como le es posible (no deben tocar la cama), para experimentar una sensación de abertura y exposición máxima de su yoni, como la diosa tan frecuentemente esculpida y adorada en piedra. Para sentirse aún más exótica, el hombre puede ponerse en cuclillas ante ella para penetrarla.
Una variación seria que la mujer se pusiera en cuclillas, con la cabeza erecta, con las rodillas bien abiertas exponiendo sus genitales como una ofrenda al hombre.
Tomado del libro: "Método Oriental del amor" de Kamala Devi. Ediciones ATI; Barcelona (1977)
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