martes, 14 de junio de 2011

Disforia Postcoital

Esta afección se caracteriza por tristeza, ansiedad, arrepentimiento, inquietud e irritabilidad, luego de un encuentro sexual o despues de masturbarse, afecta principalmente a las mujeres. Este tipo de depresión puede afectar a personas de cualquier edad. Y es que algunas personas tienen sentimientos encontrados con respecto al sexo, derivados de su crianza, religión u otras influencias y pueden experimentar culpa o frustración luego de un encuentro sexual. Esto podría ser especialmente un factor que influye en la gente con una tendencia a un comportamiento sexual adictivo, que pueden experimentar un fuerte bajón luego del orgasmo. Una de las teorías que tienen los expertos sobre el origen de la depresión post-sexo, es el cambio hormonal que se experimenta tras el orgasmo los mismo cambios que a veces pueden originar jaquecas luego de una relación sexual. Estos sentimientos de tristeza o culpa pueden deberse a otros problemas yacientes en el individuo o la pareja, como falta de autoestima o resentimientos contra la otra persona. Lo primero que una persona tendría que hacer para resolver este problema, sería prestarle más atención a sus emociones y dialogar con su pareja. Pero si continuamente una persona se siente triste luego de una relación sexual y no logra encontrar el origen de su depresión, ésta debería hablar con su médico y buscar ayuda en un consejero o terapeuta sexual.


La disforia postcoital (PCD por sus siglas en inglés) es muy posible que afecte a más mujeres de las que se creía. El estudio fue realizado a más de 200 mujeres jóvenes, entre 17 y 61 años, que habían sufrido disforia postcoital.
Según los autores, el 32.9 por ciento lo ha experimentado alguna vez en su vida, mientras que el 10 por ciento lo hace de manera frecuente o casi permanente.
Según se desprende del trabajo, los sentimientos descritos son ganas de llorar, ansiedad, irritabilidad y agitación. "Una de las participantes describía cómo se iba al baño después del coito con su pareja y se quedaba llorando", añade el investigador australiano.
Las conclusiones sugieren que este fenómeno puede ser más frecuente de lo que parece. Entre las causas que está el hecho de haber padecido agresiones sexuales en algún momento de sus vidas, lo que provoca sentimientos de culpa y vergüenza, y también características psicológicas personales de las mujeres.
Sin embargo, tampoco es algo que las mujeres puedan controlar ni se trata de una mala calidad de vida sexual al interior de la pareja, se trata de un padecimiento psicológico que debe atenderse por un especialista de manera integral.
Schweitzer explica que "no asociamos esta sensación con la ausencia de amor hacia mi pareja o de mi pareja hacia mí, porque no creo que tenga relación con este fenómeno".
Otra de las hipótesis que tienen en mente está orientada a una posible predisposición biológica como fuente importante en la comprensión del trastorno. De ahí que el científico y su equipo planteen próximos estudios.

Fuente: Elizabeth Flores: 


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