martes, 7 de septiembre de 2010

El coito



Corte sagital esquemático de las estructuras anatómicas del aparato genital femenino y masculino durante el acto sexual o coito
Esquema detallado de los órganos genitales masculino y femenino durante el coito

El coito (del latín: co-iter, ‘marcha en común’ o ‘ir en común’) es la cópula o unión sexual entre dos individuos. En los seres humanos el coito es una parte de la relación sexual, e implica la participación de los órganos genitales externos o internos de forma necesaria
En términos de zoología, es parte del ritual de apareamiento, siendo el momento en el cual, el macho y la hembra de una especie se acoplan, es decir, cuando el falo del macho se introduce en la vagina de la hembra y deposita allí los gametos masculinos, con el fin de que el gameto femenino pueda ser fecundado. El coito es frecuente en mamíferos, reptiles e insectos.

Coito vaginal en humanos
El coito vaginal consiste en la penetración del pene estando erecto en la vagina. Aunque se tiende a pensar que la forma primigenia del coito vaginal en humanos es el llamado a tergo o ventro-dorsal -ya que ésta existe en los otros mamíferos de modo casi excluyente-, existen estudios que ponen en duda esta teoría y encuentran relación entre las coacciones de tipo morfológico y la preferencia por el coito ventro-ventral en el hombre y en el chimpancé bonobo.
La posición sexual a tergo —esto es, la penetración del pene en la vagina se realiza estando la hembra de espaldas al macho—  que de forma técnica suele ser llamada levrette, es común que se haga estando la mujer apoyada sobre sus piernas y brazos, aunque también se realiza cuando la mujer es penetrada vaginalmente de espaldas (por ejemplo acostada apoyando su espalda en el varón).
La forma más común de coito en humanos es la ventro-ventral o frontal, vulgarmente llamada posición del misionero, ya que popularmente y en manuales de sexualidad de uso corriente en los países occidentales se atribuye la introducción de esta forma de realizar el coito en las islas de Oceanía a los misioneros por considerar a las otras posturas pecaminosas. Esto es una leyenda porque la postura del misionero por su comodidad, posibilidad de comunicación entre la pareja y la facilidad que supone para la fecundación conocida, practicada y apreciada por todas las culturas humanas.
Otro ejemplo de coito frecuente en humanos es la posición de Andrómaca, con la mujer sentada sobre el hombre acostado. Esta pose da más posibilidad de movimientos tanto a la mujer como al varón, ya que ambos pueden usar sus manos para acariciar otras partes del cuerpo.
Hacer una relación exhaustiva de todas las posturas posibles de realizar el coito entre los humanos excede con mucho a las posibilidades y propósitos de este blog sobre sexología. Sobre ello hay disponible bibliografía especializada tanto a nivel especializado como para la gente corriente que puede necesitar información sobre ella así como recursos sobre el mismo tema en internet.
Lo que hemos de tener más en cuenta como profesionales de la sexología es que el coito en los humanos ha evolucionado en un grado muy importante a lo que es común entre los animales que tenemos más cercanos en la escala evolutiva y que muchos de los problemas con los que nos podemos encontrar cuando tratamos a profesionalmente a personas que acuden a nuestra consulta son debidos a falta de comunicación durante el coito o desconocimiento en la forma de realizarlo a entera satisfacción de las personas que lo realizan.

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