sábado, 11 de septiembre de 2010

Desarrollo sexual


La pubertad es un periodo complejo, durante el cual, el cuerpo, y especialmente los órganos sexuales, se modifican. Pero este crecimiento fisiológico también comporta notables transformaciones interiores: cambian las emociones, el modo de estar con los amigos, de vivir las relaciones dentro y fuera de la familia y, sobre todo, con el otro sexo. Antes que nada, el adolescente debe ser conciente de que el desarrollo puberal no se da en todos los individuos a la misma edad ni del mismo modo, sino que tiene sus tiempos y sus formas, a menudo distintos de una persona a otra.
Es recomendable que exista una comunicación adecuada entre padres e hijos para que éstos se encuentren preparados para asumir con normalidad las modificaciones que va a experimentar su cuerpo. Asimismo, se ha comprobado que una mayor información sexual aporta seguridad al adolescente, le permite eliminar tabúes y contribuye a evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
En esta época son importantes las interacciones del individuo con otras personas de su edad, puesto que le preparan para las relaciones adultas. El adolescente experimenta nuevas emociones y sentimientos, se enamora y define cuáles son las características deseables en sí mismo y en su compañera. También en estos años se determinan los estímulos que desencadenarán la excitación y satisfacción sexual.
Se produce el inicio de nuevas actividades sexuales como el beso, las caricias y, en muchas ocasiones, el coito.

Vivir con los demás
Durante la pubertad, las relaciones con los padres pueden hacerse particularmente difíciles: se experimentan fuertes deseos de ser independientes y de elegir con autonomía, a la vez que se les necesita para los problemas que no se sabe resolver.
También en el terreno afectivo se vive un cierto desasosiego en la familia. Las expresiones de afecto y proximidad de los padres pueden resultar incomodas, al mismo tiempo que necesarias.
En muchas comunidades humanas, sobre todo en tiempos remotos, el final de la infancia estaba marcado por ritos especiales a los que se les sometía a los jóvenes de ambos sexos. Mediante estos ritos de iniciación (o de transito), los jóvenes accedían al mundo de los adultos y aceptaban respetar las reglas de la comunidad. En estas ceremonias especiales se desvelaban los misterios de la sexualidad y los secretos del grupo, y ellos debían demostrar su grado de madurez El camino hacia la madurez estaba marcado por la tradición.
En la actualidad, los jóvenes han de encontrar solos el cambio hacia el mundo adulto, y para ello buscan en el seno de la familia y en el medio social normas de comportamiento que les ayuden a considerarse mayores. Necesitan tener secretos y amigos de confianza, que son importantes para experimentar la independencia respecto a la familia. A la vez, el adolescente siente la fuerte necesidad de estar solo en muchas ocasiones. Los descubrimientos sentimentales y el interés por el otro sexo se comparten con los compañeros, y se tiene una mayor relación con el cuerpo y la emotividad que en la infancia.
No obstante, actualmente en muchas sociedades existen ritos de tránsito originados a partir de los propios jóvenes: el modo de vestir, el lenguaje, el comportamiento social y la dinámica del grupo son algunos ejemplos. La sexualidad también se convierte en un instrumento para afirmarse como adulto: la relación sexual puede nacer del deseo de comunicarse con otra persona, creando una intimidad física, para sentirse adulto o para oponerse a las normas de los mayores; como a veces, por el contrario, se decide no tenerla por respecto a ideas religiosas, por no sentirse preparado o para no infringir las normas sociales.

El cuidado del cuerpo
Entre los chicos, es importante no olvidar la higiene de los órganos genitales, especialmente del pene, para evitar la aparición de inflamaciones. Es aconsejable no usar ropa interior ni pantalones excesivamente ajustado, ya que los testículos, para funcionar correctamente, requieren una temperatura ligeramente inferior a la del resto del cuerpo (por eso se encuentran incluidos en el escroto, separados del abdomen). El examen medico durante la pubertad es importante para controlar el adecuado desarrollo corporal y la presencia de problemas menores, como las fimosis (el glande no puede liberarse completamente del prepucio).
La higiene de los órganos genitales del las chicas también deben ser cuidadosas, de esta manera de evitan infecciones molestas y a veces graves. Sin embargo, es aconsejable no abusar de los productos cosméticos de higiene íntima, que puedan dañar el medio natural de la vagina y favorecer las inflamaciones. No deben usarse ropas muy ajustadas ni tampones vaginales constantemente. El examen medico por parte del ginecólogo es importante para controlar el desarrollo puberal y para adquirir un hábito que las mujeres deben mantener durante toda su vida.

Descubrimiento de la sexualidad
El nuevo equilibrio hormonal de la pubertad, además de producir todos los cambios físicos que se han descrito, es el responsable del despertar del interés sexual en ambos sexos. Se trata de una nueva experiencia llena de emociones, sentimientos y atracciones, que se expresan por el deseo de conocer con el propio cuerpo y con la propia sexualidad.
Las masturbaciones es una forma natural de experimentar todo esto. Se trata de una experiencia ligada a una sensación de placer. No es ningún acto prohibido (al menos desde el punto de vista médico y sexólogo, dejando al margen las normas sociales, creencias religiosas o personales, etc.) y no tiene ningún efecto perjudicial sobre el organismo. De hecho, se sabe que la masturbación constituye una actividad sexual absolutamente normal, tanto para los jóvenes como para los adultos.
Solo es preocupante cuando se convierte en una práctica exclusiva, que hace perder interés por el conocimiento externo de la sexualidad adulta.
Los cambios físicos y el nuevo interés hacia el otro sexo suscitan de forma natural un gran número de interrogantes, especialmente sobre la primera relación: sobre lo que ocurrirá la "primera vez". Muchas adolescentes temen k la primera relación sea dolorosa. Es posible que se produzca el desgarro del himen, pero esto no siempre no ocurre: el himen es elástico y no siempre se rompe con dolor y pérdida de unas gotas de sangre. Los jóvenes piensan en esta primera relación con curiosidad y preocupación al mismo tiempo. Cada sociedad atribuye un valor y un significado distinto a la virginidad y a la primera relación: en algunas culturas, las creencias religiosas no permiten las relaciones sexuales antes del matrimonio, mientras que en otras, se considera que forma parte de la formación del individuo.
En todo caso, la primera vez es una experiencia importante que puede condicionar la futura vida sexual. Debe tener lugar cuando ambas personas lo desean y lo deciden, de acuerdo con sus convicciones morales, cuando existes una relación de confianza y de comunicación. Todo ello ayuda a superar dudas y comprender que ha gustado y en que no habido acuerdo. Entender y compartir los temores del otro y expresar el amor a través de la confianza recíproca, son presupuestos importantes para iniciar serenamente la vida sexual y aprender a sacarle el máximo placer.


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