martes, 2 de agosto de 2011

Fisiología del orgasmo femenino

Como lo he utilizado para contestar una pregunta que me han hecho en una entrada anterior y es una buena descripción por escrito de las respuestas fisiológicas asociadas al orgasmo femenino. Me parece que es buena idea republicar este texto en una entrada para que sea más sencilla de enlazar por los buscadores de internet.


Este tema es muy interesante de discutir en la medida que todo lo que involucra el orgasmo femenino es mucho más amplio que el orgasmo masculino y requiere un cuidado especial, pues cuestiones del tipo: orgasmo vaginal, orgasmo clitoriano, la dificultad que algunas mujeres tienen en llegar al orgasmo, los aspectos fisiológicos y emocionales del orgasmo, en fin, son temas de fundamental importancia.
Por lo tanto, el texto que sigue tiene como intención principal explicar un poco más, de forma clara y detallada, estas y otras cuestiones, para dar un enfoque más rico de informaciones fundamentales que aclaren los puntos importantes del orgasmo femenino y sus manifestaciones momentáneas.
La experiencia orgásmica femenina, además de ser más compleja que la del hombre, también posee una considerable diferencia: que después de haber llegado al orgasmo la mujer puede enseguida reiniciar un nuevo periodo excitatorio y eso le permite a la mujer tener orgasmos múltiples sucesivos. En el hombre esto no es posible, pues sabemos que necesita un periodo refractario (de descanso), para iniciar un nuevo periodo de excitación.
Algunas manifestaciones físicas del orgasmo comienzan con las contracciones de los órganos eréctiles en la plataforma orgásmica, en el tercio anterior de la vagina. Esta plataforma, formada involuntariamente por la vasocongestión local y por la miotonía, se contrae rítmicamente a medida que la tensión es liberada.
Las contracciones del rostro de la mujer expresan gratificantemente el aumento de la tensión miotónica en todo su cuerpo. Los músculos del cuello y los músculos largos de los brazos y de las piernas se contraen, en espasmos involuntarios. Durante el coito en posición supina, las manos y los pies de la mujer pueden sujetar voluntariamente al compañero, y en la ausencia de este interés o de esta oportunidad durante el coito, o en respuesta solitaria a las técnicas automanipuladoras, las extremidades pueden reflejar involuntariamente el espasmo corporal. Los músculos estriados del abdomen y las nalgas, son contraídos voluntariamente por la mujer en un esfuerzo consciente para elevar las tensiones sexuales y pasar lo máximo de esta fase para la obtención del orgasmo.
El rubor sexual alcanza mayor distribución en el momento de la expresión orgásmica. Tras la experiencia orgásmica, el rubor sexual desaparece más rápido que en la fase de la tensión erótica.
El clítoris, las glándulas de Bartholin, los grandes y pequeños labios, son órganos eréctiles para los cuales ninguna reacción fisiológica específica, en el nivel de la fase orgásmica de la tensión sexual, fue establecida.
Desde el punto de vista cardiorespiratorio, el orgasmo es reflejado por hiperventilación, con frecuencias respiratorias a más de 40 por minuto. La taquicardia es un acompañamiento constante de la experiencia orgásmica, con índices cardíacos que van de 110 a más de 180 pulsaciones por minuto. La hipertensión es también una constante.
La fisiología fundamental de la respuesta orgásmica es la misma, sea el modo de estímulo heterosexual, coito artificial o mecánico, acción automanipulatoria sobre el área clitórica, los senos o cualquier otra zona erógena seleccionada. El orgasmo resultante de fantasías eróticas también produce los mismos tipos básicos de respuestas fisiológicas.

Adriana Sommer
Sexóloga

No hay comentarios:

Publicar un comentario