UN ESTUDIO DEMUESTRA QUE LA INFIDELIDAD LES DUELE MÁS A LAS MUJERES
Articulo publicado en El Confidencial
Al contrario de lo que podría esperarse, la juventud mantiene los estereotipos sexuales de tiempos pasados y los perpetúa con sus actitudes. Pero, a la vez, muchos jóvenes, en especial las chicas, mantienen actitudes sexuales mucho más abiertas y activas que hace años, lo cual provoca choques inevitables entre unas y otras ‘filosofías’ de cama. Estamos asistiendo a una batalla de mentalidades.
Por una parte, los jóvenes se están volviendo más conservadores, asegura Jesús M. Canto Ortiz, profesor de Psicología de la Universidad de Málaga, en parte gracias a un movimiento pendular. “La gente de cierta edad se creyó lo de la revolución sexual y decía que el sexo podía realizarse sin amor, que no se podía censurar a una persona por haber estado con otra, que los celos eran simple egoísmo. Ante el fracaso de esas ideas, nos hemos ido al otro extremo, como si dijéramos que ya que eso no vale, nos vamos a la postura opuesta”.
Eso lleva a situaciones paradójicas, ya que al chico no le importa relacionarse con mujeres que tengan relaciones sexuales con frecuencia, pero cuando se trata de establecer una relación de pareja, sí le importa, y mucho su pasado sexual. “La vieja doble moral está ahí, esa que decía voy con putas pero me caso con la virgen, está cobrando nuevas expresiones”.
Además, este viraje hacia el conservadurismo viene apoyado, asegura Canto Ortiz, en estudios genéticos y neuropsicológicos que exageran las diferencias “cuando dicen que la mujer es más emocional y el hombre menos, se suele entender que el hombre no lo es en absoluto y que la mujer lo es siempre, lo que dista mucho de ser cierto. Eso de el hombre es de Marte y la mujer de Venus es una simplificación”.
Canto ha publicado, junto con Pilar Moreno, Jesús San Martín, Fabiola Perles, Gianluigi Moscato y Rosa María Reyes, el artículo Celos y sexismo: un estudio intercultural y que indaga en las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de enfrentarse a la infidelidad.
El estudio se realizó con dos grupos de personas: uno español (compuesto por 200 mujeres y 117 hombres) y uno cubano (102 mujeres y 98 hombres), que desvelaron algunas diferencias en cuanto a la percepción del dolor en los dos tipos de infidelidades, la emocional y la sexual.
En la muestra española, tanto hombres como mujeres escogieron la emocional como la peor infidelidad, la más estresante, mientras que los cubanos no se ponían de acuerdo. Para los hombres, la peor infidelidad fue la sexual (en un 64% de los casos), mientras que en el caso de las mujeres, un 50% consideraba también la peor la sexual, y el otro 50% pensaba que era peor la emocional.
Lo que sí quedó más claro fue el hecho de que cualquier tipo de infidelidad le provoca más dolor, en general, a las mujeres que a los hombres. Además, el estudio confirma que las mujeres tienden a manifestar las emociones con más intensidad que los hombres y que las personas más celosas son las que más afectadas se ven por la infidelidad sexual.
“No hablamos de los celos en el estudio desde una perspectiva patológica. No estamos intentando encontrarles una explicación psicológica, sino que los vemos como algo común. En ese sentido, hemos tratado de analizar qué diferencia a los hombres y a las mujeres, No podemos decir que las diferencias sean debidas íntegramente a la cultura ni tampoco que sea algo puramente instintivo. Desde luego, este es un factor, pero también afectan variables culturales como el sexismo o la cultura del honor”, añade Canto.
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