En materia de fobias sexuales todo parece indicar que los hombres le llevan la delantera al género femenino (si bien debe puntualizarse que estas fobias no son exclusivas del género masculino aunque su manifestación en las mujeres es muy extraña).
Iniciando la lista de las fobias sexuales eminentemente masculinas puede hablarse del miedo a las vírgenes o a las chicas jóvenes, este temor intenso se denomina: partenofobia. Por supuesto, estas personas son perfectamente conscientes de que su miedo es irracional pero cuando lo intentan enfrentar suelen desatarse ataques de pánico. Este miedo les hace recluirse en sus casas ya que temen salir al exterior y encontrase con chicas vírgenes (o en que en su imaginación son vírgenes). Por supuesto, en la misma medida en que la persona envejece esta fobia puede recrudecerse y afectar aún más sus relaciones interpersonales ya que aumenta el rango de edad considerada como "joven".
En estrecha relación con esta fobia puede hallarse la caliginefobia o el miedo a las mujeres hermosas. Como pueden presuponer sus efectos son sumamente incómodos para quien las padece ya que en muchas ocasiones les resulta prácticamente imposible estar en el trabajo o en cualquier otro lugar público donde estén mujeres bellas. Generalmente esta fobia está causada por una mala experiencia en el pasado relacionada con una mujer hermosa, de forma que la persona estableció una conexión errónea entre las mujeres bellas y la existencia de un peligro.
En sintonía con estas fobias pero con un perfil mucho más amplio y por lo tanto, más restrictiva aún de la independencia de la persona, se encuentra la ginefobia; el miedo a las mujeres en sentido general. Normalmente se relaciona con una experiencia traumática sufrida en edades tempranas en la que intervino alguna mujer.
Otras personas presentan un miedo más específico: a los genitales femeninos, ésta sería la eurotofobia o colpofobia. En las personas que desarrollan este trastorno suele ser común la existencia de otras fobias relacionadas con el sexo como la erotofobia, la coitofobia o la nudofobia. Realmente la colpofobia es un desorden bastante raro cuyas causas aún no han sido especificadas si bien algunos especialistas hipotetizan que quienes la sufren han sido víctimas de la exposición vulgar de los genitales femeninos, ya sea en un filme o porque han sido víctimas de acoso sexual en edades tempranas.
También existen personas que temen a las prostitutas o a contraer enfermedades de transmisión sexual, es la cipridofobia. Usualmente la sufren aquellas personas que han tenido una educación puritana y muy restrictiva. Si bien también puede evidenciarse en personas que son muy sugestionables, una vez que conocen con exactitud las posibilidades reales de contraer una enfermedad.
Para ponerle punto final al recorrido por las fobias de contenido sexual eminentemente masculinas no puede faltar la falofobia o el miedo a tener una erección; y creo que ésta no necesita más explicación.
Escrito por Jennifer para Rincón de la Psicología
No hay comentarios:
Publicar un comentario