miércoles, 6 de octubre de 2010

La pedofilia y la explotación sexual comercial de niños


Las sociedades de mercado predominantes en nuestro planeta caracterizadas por su violencia estructural, se encuentran vivenciando una explosión en la demanda pedófila. Progresivo y alarmante fenómeno que nos compulsa a persistir en la visión sociopatológica de la pedofilia y reclama una seria valoración de las razones de este aumento acelerado. El contexto y objetivos de esta exposición solo nos permite hacer mención de algunos elementos que inciden en el desplazamiento de la demanda del mercado del sexo hacia los niños, lo que ha generado el aumento de su valor en dicho mercado.
Al respecto el Sr. Juan Miguel Petit, Relator Especial de la ONU, en su informe de febrero del 2002, ante la Comisión de Derechos Humanos expresó: "Tras el descubrimiento del VIH, la demanda de niños cada vez más jóvenes para la prostitución no ha dejado de crecer. Sus agresores ya no son solo pederastas (...), sino también personas que consideran que las relaciones sexuales con los más jóvenes comportan un riesgo menor. Suponen que las personas más jóvenes tiene menos probabilidades de haber contraído el virus al haber tenido menos relaciones sexuales y según algunos informes, en determinadas culturas persisten los mitos de que las relaciones sexuales con una persona virgen o con un niño curan la infección por VIH/SIDA en la persona mayor".
Una de las tantas caras oscuras del sexo rentado es la insalubridad o problemas de salud sexual; se presume comúnmente que el uso de niños y niñas prostituidos o no, reduce el riesgo de contraer enfermedades venéreas o el SIDA, sin cavilar en que precisamente la fragilidad fisiológica de un niño en pleno desarrollo los hace especialmente vulnerables a enfermedades de trasmisión sexual. Otras variantes son expresamente guiadas por el imaginario popular y se presentan cuando el adulto solicita sexualmente a un niño en la vana creencia de que esa relación lo rejuvenecerá, llegándose al extremo de atribuirle al sexo con infantes propiedades curativas de la virilidad dañada, capacidades de facilitación de la buena fortuna y en definitiva reafirmación de la masculinidad y el poder de género.
Otras razones que rodean este crecimiento de la demanda pedófila son de índole económica y surgidas casi siempre en países en desarrollo con crisis económicas desestabilizadoras. Por lo general en estos casos, los gobiernos recurren al desarrollo turístico como estrategia de progreso económico, esta variante trae aparejada efectos sociales colaterales, tales como el aumento de la demanda en el mercado sexual, debido a la elevación del número de turistas que solicitan ese tipo de entretenimiento. Como determinante coadyuvante de este mercado turístico sexual aparece el aumento de las facilidades de organización y localización de la oferta sexual, a partir del desarrollo de las nuevas técnicas mundiales de comunicación, que propician el intercambio de información y contactos a través de Internet.

DESARROLLO.

I- La explotación sexual comercial. Definiciones.
En correspondencia con el aumento de la demanda pedófila en el mercado del sexo y de manera directamente proporcional, se ha potenciado la explotación sexual comercial de niños. La explotación sexual comercial de infantes como industria floreciente a escala mundial, ha convertido al sexo en un bien vendible y sujeto a una transacción comercial que puede pagarse en dinero o con una contraprestación.
La magnitud real de la multimillonaria industria del sexo escapa a la medición fidedigna de sus proporciones, por cuanto la recolección de datos al respecto se queda en el plano de la cifra negra de la criminalidad. Se presume como "un negocio muy rentable. Esto lo confirma el hecho de que no involucra solamente a empresarios aficionados o que trabajan por cuenta propia, sino también, y más a menudo, a mafias internacionales que emplean métodos sistemáticos de captación dentro de una red sumamente organizada y cohesionada y que suelen estar implicadas en otras actividades delictivas".
La naturaleza abigarrada de la explotación sexual comercial reclama clasificar estas actividades comerciales en dos grandes sectores: el sector estructurado y el sector no estructurado. En ambos casos el sexo con niños se comercializa con mayor o menor grado de organización y la victimización infantil se ocasiona de manera más o menos similar. Se diferencian en que el ámbito estructurado posee más claridad en el intercambio, en el se produce un pago de dinero por un servicio de trascendencia sexual como puede ser: la práctica del coito o el alquiler de un video pornográfico con niños. Por su lado, la variante no estructurada de este comercio posee un carácter más difuso y diverso, por cuanto, el niño víctima realiza actividades de diferente índole y aparentemente no relacionadas entre sí, es el caso por ejemplo: de los infantes como empleados domésticos que además de su trabajo normal se ven obligados a otorgar favores sexuales a sus empleadores. También como muestra de este sector comercial sexual no estructurado existen los "benefactores", que financian o respaldan económicamente a las familias a cambio del acceso sexual a miembros niños y adolescentes de las mismas.
Importante e indispensable resulta también la preocupación, estudio y prevención de la explotación sexual de niños de naturaleza no comercial, nos referimos a casos tales como: el abuso que algunos miembros del sacerdocio cometen contra menores de edad (cuestión públicamente reconocida por la Iglesia Católica), a las relaciones incestuosas victimizantes de niños, a las corruptas manifestaciones abusivas de maestros sobre sus alumnos, etc. Aunque resulta válido dejar clarificado que las distinciones entre la explotación sexual de niños de carácter comercial y de entidad no comercial se mueven realmente en un plano de indeterminación, por cuanto, las fronteras entre ambas manifestaciones explotadoras poseen carácter difuso.

II- Multicausalidad de la explotación sexual comercial de niños.
En los espacios de lucha contra la explotación sexual comercial de niños proliferan opiniones más o menos divergentes sobre los factores incidentes en el desarrollo acelerado de esta industria global; por lo general las opiniones coinciden en cuanto a que las razones de este fenómeno poseen entidad pluridimensional, sin embargo, la divergencia aparece en el grado de significación de la pobreza como factor incidente en este flagelo.
Valorando la multicausalidad del florecimiento de la explotación sexual comercial infantil, la Relatora Especial acreditada ante la Comisión de Derechos Humanos, en un informe presentado a finales de 1996 ante la Asamblea General de la ONU afirmaba: "las causas del problema abarcan una amplia gama de circunstancias y prácticas perniciosas que van en contra de los intereses de los niños, desde la necesidad económica a las discrepancias socioculturales, pasando por la discriminación sexual y otras formas de discriminación por motivos de raza, casta o clases".
En torno al tema de la plurifactorialidad del fenómeno de la explotación sexual comercial, la Declaración y Programa de Acción del Congreso Mundial de Estocolmo expresaba en unos de sus retos: "La pobreza no puede ser esgrimida como excusa para la explotación sexual comercial de niños, aunque de hecho esta contribuya a la generación de un entorno que puede conducir a tal explotación. Entre la gama de otros factores contribuyentes más complejos se encuentran las disparidades económicas, las estructuras socioeconómicas injustas, la desintegración familiar, la carencia de educación, el creciente consumismo, la migración rural-urbana, la discriminación de género, la conducta sexual masculina irresponsable, las prácticas tradicionales nocivas y el tráfico de niños. Todos estos factores exacerban la vulnerabilidad de niñas y niños frente a aquellos que buscan utilizarlos con fines de explotación sexual comercial".
Así pues, el enfoque que desarrollamos en estos momentos se refiere a la multicausalidad en el plano de la oferta de este infame comercio y evidentemente la explicación va más allá de la extrema pobreza; pues no solo son sometidos a explotación sexual comercial los niños pobres, ni el fenómeno se limita a los países en desarrollo. Debemos reconocer que el abuso explotador sexual afecta de igual forma a sectores poblacionales que no padecen carencias materiales y económicas, y también prolifera en países desarrollados del primer mundo. El problema no es tan simple, ni reducible, convergen en él, entre otros, factores como la erosión de la estructura familiar y un deterioro moral de respetables proporciones, fenómenos que no solo son privativos de los sectores pobres o de los países del mundo subdesarrollado.

III- Modalidades de la Explotación Sexual Comercial de Niños.
Llegados a este punto, nos adentraremos en las modalidades y las vías de materialización de la explotación sexual comercial de niños. Para comprender las diversas modalidades de la industria sexual infantil necesariamente se debe trazar una artificial línea divisoria entre las formas delictivas asociadas a la oferta y las acciones que corporifican la demanda. La oferta se caracteriza por brindar dos variantes principales de servicios: la prostitución infantil y la pornografía infantil, manifestaciones estrechamente vinculadas y muchas veces complementarias. Precisamente el "material humano" que garantiza esta oferta de prostitución y pornografía se logra localizar y reclutar mayoritariamente mediante el tráfico o venta de niños y niñas. De otra parte en el plano de la demanda de este mercado sexual infantil se concreta la explotación sexual a través de la acción de múltiples solicitantes, entre los cuales el grupo de clientes con mayor capacidad de pago y por ende más instigadores de la oferta, lo constituyen los turistas sexuales pedófilos.
Las cuatro formas de expresión y concreción del mercado del sexo con niños, son a saber, la prostitución infantil, la pornografía infantil, el tráfico de niños y el turismo sexual pedófilo; las cuales constituyen categorías interconectadas e interdependientes que conforman el entramado sistémico propiciante del funcionamiento de esta perversa industria de la explotación sexual comercial de niños. Teniendo en cuenta su trascendencia como formas de expresión y de concreción de esa explotación pasaremos a conceptuar cada uno de estos términos.

Prostitución Infantil.
Múltiples son las definiciones elaboradas en torno a la categoría de prostitución infantil. Es considerada como la "utilización de un niño en actividades sexuales a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución". En un Informe rendido ante la Asamblea General de la ONU por la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, se definió la prostitución infantil como "la acción de contratar u ofrecer los servicios de un niño para realizar actos sexuales a cambio de dinero u otra contraprestación con esa misma persona o con otra".
La prostitución de niñas, niños y adolescentes tendrá siempre el carácter de actividad forzada, y se considera como una forma contemporánea de esclavitud. Obviamente la prostitución infantil es una variante de abuso sexual victimizante en el que el cliente pedófilo deduce cómodamente que el pago del sexo con niño supone un simple intercambio comercial, constituye una mercancía más y en consecuencia no se autovivencia como un abusador o explotador, solo se considera un consumidor más del mercado libre, todo ello basado en una total indiferencia moral hacia ese niño prostituido. "Para la mayoría de los clientes la condición de persona prostituida del niño es más importante que su condición de niño".

Pornografía Infantil.
La pornografía con niños constituye una variante sexual criminal que se perpetúa en el tiempo y que prolonga la situación abusiva en tanto esos materiales pornográficos continúen siendo usados. Las definiciones del término pornografía infantil presenta sus matices a tenor con los avances tecnológicos modificantes de la presentación visual o auditiva del producto. En las Naciones Unidas los organismos encargados de la protección de la niñez han estructurado el fenómeno de la pornografía infantil en dos grandes grupos: la pornografía visual y la pornografía auditiva. Definen la pornografía visual como "la representación visual de un niño en un acto sexual explícito, real o simulado, o en una exhibición obscena de los órganos genitales para el placer sexual de un usuario; incluye la producción, la distribución o el uso de ese material". Por otra parte la pornografía auditiva se define como "el uso de cualquier dispositivo de audición de la voz de un niño, real o simulada, para el placer sexual de un usuario, incluye la producción, distribución o el uso de ese material".
Más recientemente se considera la pornografía infantil como "toda representación, por cualquier medio, de un niño dedicado a actividades sexuales explícitas, reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales de un niño con fine primordialmente sexuales".
La dañosidad que causa la pornografía infantil trasciende el abuso directo de los niños usados en el proceso de elaboración de esa pornografía, las afectaciones se extienden progresivamente, en tanto, esa pornografía original promueve con su efecto excitante nuevos abusos infantiles, pues actúa como estímulo erótico generador de mayor demanda pedófila en el mercado del sexo. En definitiva, la pornografía infantil constituye una modalidad de la explotación sexual comercial de niños y a la vez garantiza la promoción de esa explotación, incentivando el aumento de clientes y magnificando fenómenos asociados, como son la prostitución y el tráfico de niños.

Tráfico de Menores.
El tráfico ilícito, dentro del cual se encuentra la trata de personas, consiste en transportar ilegalmente seres humanos de un lugar a otro, con el propósito de venderlos por dinero o por otra compensación. La trata de niños y niñas, que los gobiernos consideran el tráfico ilegal más grave, superado solo por el comercio de drogas y de armas, es una industria en la que cambian de mano miles de millones de dólares y que se encuentra muy asociada al uso de estos menores en acciones que implican una profunda corrupción. Este moderno medio de esclavitud se practica en su forma más virulenta con fines sexuales.
Recordemos que como vía de concreción o como forma facilitadora de la oferta en el área de la explotación sexual comercial de infantes aparece el tráfico de niños con fines sexuales, entendido como la captación y traslado ilícito de menores de un país a otro, o de una región a otra de un mismo país; con el fin concreto de ser utilizados en el mercado del sexo. Las variantes del tráfico adoptan múltiples formas, no todas ilícitas, existe desde la adopción internacional, la adopción local, el secuestro, la compra-venta a familias pobres, etc.

Turismo Sexual.
La promoción del turismo en sentido general se encuentra saturado de estímulos sexuales; se usa publicitariamente las imágenes que reflejan la atractiva figura de jóvenes de ambos sexos en contextos paradisíacos, exóticos y folclóricos. Si eso sucede con la propaganda del turismo lícito, cabe esperar un serio recrudecimiento de los estímulos sexuales como reclamo turístico en las subterráneas manifestaciones promotoras del turismo sexual con niños. Resulta denigrante para los derechos infantiles su presentación como mercancía de uso, incluida en el paquete de entretenimiento ofertado al turismo sexual, tanto nacional como internacional, esta última variante constituida como la más frecuente y casi siempre proveniente del mundo desarrollado. Sin pecar de absolutismo podemos afirmar que por lo general este abominable hecho del turismo sexual pedófilo, se constituye en una "grave violación de la dignidad de las personas alimentada por un primer mundo ávido de emociones y tolerada por un mundo pobre ávido de dólares".
El turismo sexual se define como el turismo organizado con el objetivo de establecer relaciones sexuales de entidad comercial. Así pues, los turistas sexuales son aquellas personas que en el curso de sus viajes de vacaciones y recreo, establecen relaciones sexuales explotadoras en los países y regiones que visitan. En páginas anteriores afirmábamos que el turismo sexual pedófilo facilitaba la concreción o materialización de la explotación sexual comercial de niños, desde la óptica de incentivar la demanda. Vale entonces conceptuar el turismo sexual infantil como el turismo organizado en función de propiciar las relaciones sexuales de carácter comercial con niños.
A modo de resumen, en las definiciones de prostitución, pornografía, tráfico y turismo sexual asociados a la victimización infantil debemos reiterar la interdependencia entre estas cuatro categorías; cuestión fácilmente comprensible si reconocemos que el florecimiento de una de ellas potencia el desarrollo de las demás. Las ciegas leyes del mercado en su inexorabilidad funcionan eficientemente, tanto si la mercancía la compone bienes de consumo convencionales o si las transacciones se producen sobre la práctica infame del sexo con niños.

IV- Los pedófilos como consumidores del mercado del sexo.
En la búsqueda de la ineludible vinculación de la pedofilia con las modalidades de la explotación sexual comercial de niños analizadas hasta el momento, conviene precisar las relaciones existentes entre las manifestaciones pedófilas y las categorías recientemente definidas.
Los hábitos de comportamiento pedófilos por lo general poseen signos recurrentes de adicción a la pornografía infantil. Son amplios consumidores de pornografía infantil; en algunos casos producida por ellos mismos y posteriormente puestas a la circulación comercial. Su pertenencia a organizaciones pedófilas exige muchas veces la aportación frecuente de material pornográfico con fines de intercambio y de "ayuda mutua" en sus fechorías. Obviamente el coleccionismo pornográfico infantil compulsivo representa una demanda que como contraparte exige una respuesta de la oferta pornográfica del mercado.
En el continuo derivativo de crecimiento que responde a la interdependencia de todas las modalidades del mercado del sexo, se manifiesta un fenómeno de desarrollo directamente proporcional, pues al elevarse la producción pornográfica con niños, esta actúa como un mecanismo promotor de la prostitución infantil; se incentiva la trata de niños para proporcionar "mercancía" y consecuentemente se fomenta el turismo sexual pedófilo. El grupo de clientes más especializados del mercado del sexo infantil lo constituye los pedófilos, que mayoritariamente son personas normales y respetables en sus países de origen, imagen de respetabilidad que los obliga a trasladarse a otras regiones del planeta en busca de satisfacciones sexuales con niños que no impliquen riesgo a su status social.
Los turistas sexuales pedófilos además de acceder sexualmente a niños prostituidos en las naciones que visitan, regresan a sus respectivos países y usando sus redes de contacto promocionan los placeres y "bondades" de los lugares visitados, exhibiendo en sus estrechos círculos pedófilos la documentación de sus "proezas" mediante filmaciones y fotografías; y junto con ello proporcionando datos a otros desviados sobre los mejores lugares para establecer relaciones de gratificación sexual con infantes, aconsejando en qué regiones o países resulta más expedito el acceso a ese mercado, cuales son los turoperadores corruptos que facilitan ese acceso, etc. Para todo este intercambio informativo usan las redes a las que están asociados y Sitios Web personales existentes en Internet.

A MODO DE CONCLUSIONES.

Conclusivamente afirmamos que merece especial atención la relación directamente proporcional existente entre la demanda pedófila y el crecimiento del mercado del sexo; potenciándose con ese acelerado desarrollo todas las abusivas variantes de explotación sexual comercial de los niños y adolescentes. Crece, por tanto, la prostitución y la pornografía infantil, garantizadas por un reciclante tráfico de niños y una incentivante demanda turística de sexo con infantes.
La vigilancia mundial y el indispensable trabajo mancomunado contra el mercado sexual de niños, se han materializado en la celebración, hasta el momento de dos Congresos Mundiales contra la Explotación Sexual Comercial de niños: el Congreso Mundial de Estocolmo (1996) y el Congreso Mundial de Yokohama (2001). En ambos eventos científicos se llegó a la conclusión que la explotación sexual comercial de niños es un fenómeno multifactorial y de asociaciones muy diversas; por tanto, la reducción de este mercado sexual de infantes solo será posible si enfocamos la lucha en un espectro amplio, que contenga la erradicación de la pedofilia y del turismo sexual con menores, la eliminación del tráfico de niños y niñas con fines de sexo.

CITAS Y REFERENCIAS.
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  • Informe Provisional de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Octubre de 1996. Presentado al quincuagésimo primero período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Párrafo 12, inciso e). Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/.
  • Julia O` Connell Davidson. (2001). Obra citada. Párrafo No. 13.
  • Informe Provisional de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Octubre de 1996. Presentado al quincuagésimo primero período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Párrafo 10. Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/.
  • Declaración y Programa de Acción del Primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños. (1996). Estocolmo. Suecia. Internet. http://www.elamoresmasfuerte.com/. Válido es aclarar en este caso y en los subsiguientes que cuando usamos la categoría de turistas sexuales pedófilos, nos referimos a todos los adultos demandantes de niños para sus prácticas sexuales, independiente si están diagnosticados clínicamente como pedófilos o si se relacionan sexualmente con los niños por otras razones.
  • Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Artículo 2 b).
  • Informe Provisional de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Septiembre de 1995. Párrafo 20. Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/.
  • Julia O` Connell Davidson. (2001). Obra citada. Párrafo No. 38.
  • Informe Provisional de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Septiembre de 1995. Párrafo 24. Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/.
  • Ibidem. Párrafo 25.
  • Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Artículo 2 c).
  • Ver: Prostitución, turismo sexual, pedofilia y SIDA. (1998). En: Revista ARBIL, anotaciones de pensamiento y crítica. Disponible en Internet. http://www.iespana.es/revista-arbil/revista.htm/.

  
BIBLIOGRAFÍA
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  • Informe de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Octubre de 1997. Presentado al Quincuagésimo Segundo Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU. Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nfs/.
  • Informe del Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Febrero del 2002. Presentado al 58º Período de Sesiones de la Comisión de Derechos Humanos. Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nfs/.
  • Informe Provisional de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Octubre de 1996. Presentado al Quincuagésimo Primer Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU. Disponible en Internet. http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nfs/.
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  • Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Vigente desde enero del 2002.
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  • Rosas, María Isabel. (1995). Violencia sexual contra niños y niñas. Ponencia presentada en el Seminario de Especialización "Estrategias y técnicas de Atención al Maltrato Infantil". Diciembre de 1995. Perú.
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DATOS DE LA AUTORA:

Graduada de Licenciatura en Derecho en la Universidad de La Habana en el año 1982 y titulada de Master en Pedagogía de la Educación Superior desde el año 2000. Posee 20 años de experiencia en la labor docente universitaria. Pertenece a la Sociedad Cubana de Ciencias Penales de la Unión de Juristas de Cuba y a la Sociedad de Pedagogos de Cuba. Posee una vasta experiencia en la investigación; ha desarrollando sus pesquisas en el área criminológica, específicamente en la esfera microambiental delictiva, en el área de la Personalidad, en la Prevención Criminal y Victimal, en el Control Social Formal e Informal, en temas de Derecho Penal Especial y en la Enseñanza del Derecho.

Marta González Rodríguez
Profesora de Criminología y Derecho Penal
Universidad Central de Las Villas. CUBA

1 comentario:

  1. Muy contento de comprobar que esta entrada ha llegado ya a las 100 entradas lo que la sitúa en un buen lugar como una de las 10 primeras entradas con mayor número de visitantes en este blog superando a otras que en principio podrían parecer más interesantes visualmente. Eso me da mucha satisfacción porque me indica el grado de responsabilidad y humanidad de las personas que siguen este blog. Continuaremos con el trabajo hecho y espero poder dar más información en este sentido que contribuya a que el tema de la explotación sexual infantil sea conocido para poder ser abordado de forma seria y responsables por los profesionales del futuro.

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